.-

Intentaba respirar dentro de esa nube de tabaco. Esa nube gris y de aroma peculiar.
Salía de su casa a la misma hora y todas las mañanas hacía lo mismo, siempre olvidaba regar la planta que le había regalado su madre al momento de decidir "vivir solo", le decía a su planta "te alimento a la vuelta mamita". Siempre salía tarde de su casa.
¿Vivir solo? Por supuesto, estaba completamente solo. Hace tiempo que no visitaba a su madre ni a sus hermanos, pues siempre estaba ocupado en el trabajo soñado. Hablaba con ellos por teléfono casi una vez al mes y siempre quedaba en que el próximo fin de semana los visitaría. Ese fin de semana como era de esperarse nunca llegaba.
Nunca llegaba tarde al trabajo,  tenía suerte en tomar el taxi y que el taxista fuese un gran conductor.
llegó a su casa con tiempo, y no tenía muchos papeles que revisar para la semana. Llamó a su madre:
"-Mamá pedí vacaciones para la próxima semana tenía pensado ir para allá-le dijo
-!Que alegría hijo, te esperamos entonces¡-contestó su madre con entusiasmo.
-Ya mamá nos vemos, te amo.
-Te amo hijo, chao."
Se durmió temprano esa noche, para despertar temprano a la mañana siguiente probar que sentía hacer las cosas relajado.
Las cero seiscientas horas, y suena el despertador.
Se levanta, se va a la ducha, se pone tu terno y va a preparar su desayuno y ve su planta, "ahora sí mamita" le dice y vierte una botella con agua en la planta, "puta que te extraño vieja" pensó, y siguió haciendo sus cosas.
Al terminar su desayuno va a lavarse los dientes para luego ir a tomar un taxi.
Antes de llegar a la esquina para cruzar la calle saca distraídamente su celular para llamar  a su madre y desearle un feliz día, quizá también para decirle cuanto la ama.
Frenos, crash, gritos, multitud, ambulancia...



El nunca irá a ver a su madre.
Ella irá todos los fines de semana a llevarle flores.