Atardecer. Luego frío. Entonces nada. Nada.
Ya no podía predecir el movimiento del viento y mucho menos saber su nombre.
Ella se había alejado del ruido de la ciudad y el mar le susurraba al oído.
El mar estaba mas oscuro que de costumbre. Ese día era mas tarde que de costumbre. Como siempre el remolino en su cabeza no paraba, revolvía las ideas y hasta los pensamientos que no tenía.
El viento trajo a Noviembre, un noviembre lejano que ella quería olvidar. Habían pasado años... Muchos Noviembres, muchas ciudades, muchos mares... ¿Por qué ahora?
No pensaba nada pero tenía un matiz de sentimientos. Sin pensar nada caminó hasta el horizonte, caminó sobre el mar y bajo él... Caminó hasta hundiese... Caminó y solo eso.
Se transformó en agua.
P.D: nada-.
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